viernes, 26 de junio de 2009

Un pacto con el diablo

trato con el diablo, o pacto fáustico es un referente cultural muy extendido de la civilización occidental. En el mismo hay una presencia importante del demonio, manifestada sobre todo en la leyenda de Fausto y la figura de Mefistófeles, pero común a todo el folclore cristiano. En el catálogo tipológico Aarne-Thompson pertenece a la categoría AT 756B – "Contrato con el demonio."

Según las creencias cristianas tradicionales sobre la brujería, el pacto quedaría establecido entre una persona y Satanás o cualquier otro demonio (o demonios): la persona ofrecería su alma a cambio de favores diabólicos poderosos. Estos favores varían según el relato, pero suelen incluir la eterna juventud, el conocimiento, las riquezas, el amor o el poder. Se cree que algunas personas llevan a cabo este pacto sin pedir nada a cambio, como una forma de reconocer en el diablo a su señor. Siguiendo el discurso de las religiones monoteístas occidentales, este trato resultaría muy peligroso pues el precio de tales favores es la condenación eterna del alma. Se trataría, por tanto, de cuentos moralizantes donde el condenado siempre saldría perdiendo. Por otra parte, algunos de estos relatos presentan giros cómicos donde un campesino humilde termina engañando al diablo, casi siempre en base a la letra pequeña del pacto.


Entre los más crédulos, cualquier logro aparentemente sobrehumano se atribuía a un pacto con el demonio: desde los numerosos Puentes del Diablo europeos a la técnica extraordinaria del violinista Niccolò Paganini.

El pacto con el diablo ha sido también un argumento recurrente en las persecuciones inquisitoriales o los libelos de sangre, y probablemente hunde sus raíces en la memoria de los Sacrificios humanos en la Europa Antigua.

Teófilo de Adana, servidor de dos maestros

El predecesor del Fausto en la mitología cristiana es Teófilo ("amigo de Dios" o "querido por Dios"): un clérigo infeliz y desesperado por el poco éxito de su carrera mundana debido a la enemistad de su obispo. Vende su alma al diablo para triunfar, pero es redimido por la Virgen María.4 Esta historia aparece ya en una versión griega del siglo VI escrita por un tal "Eutychianus", que asegura haber sido testigo directo de los hechos.

En el siglo IX, la historia aparece en un texto cristiano llamado Miraculum Sancte Marie de Theophilo penitente; este texto ya introduce la figura de un judío como mediador en el pacto con diabolus, su patrón. Se apunta así el libelo de sangre contra los judíos.5

En el siglo X, la monja poetisa Hroswitha de Gandersheim adaptó este texto para un poema narrativo que elabora sobre la bondad intrínseca del cristiano Teófilo e internaliza las fuerzas del Bien y del Mal. Así, atribuyendo al judío el carácter de mago y nigromante. Según su modelo, la Virgen devuelve a Teófilo el contrato maléfico para que se lo enseñe a su congregación, muriendo poco después. Gautier de Coincy (1177/8 – 1236) escribió un largo poema al respecto titulado Comment Theophilus vint a pénitence. Este texto sirvió de base para una obra teatral de Rutebeuf, Le Miracle de Théophile (siglo XIII) donde Teófilo desempeña un papel central, con la Virgen y el Obispo en el lado del Bien y el judío y el diablo, en el lado del Mal.

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